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Para mi el juego es un recurso fundamental para el aprendizaje, De hecho, la mayor parte de las actividades que propongo en mi aula se basan en situaciones lúdicas.
Mi aula de primaria está organizado como en infantil: por rincones en los que pueden compartir y jugar con todo tipo de materiales.
Además, a mi me encanta jugar con ellos porque yo también disfruto. Toda la clase salimos beneficiados.En una ocasión, una niña de mi clase ( seis años) perdió a su abuelo con quién estaba muy unida. Al día siguiente de suceder acudió a clase. Acordé con su madre que entrara un poco antes porque ella no quería que sus compañeros la agobiaran.
El tiempo que estuve con ella antes de que entraran los demás estuvimos hablando. Ella no quería hablarlo con sus compañeros y le dije que sólo se lo diría a los demás cuando ella me diera permiso.
Lógicamente, cuando entraron todos ( la mayoría ya lo sabían por sus familias) se la quedaban mirando pero no se atrevían a decirle nada.
A media mañana la niña se me acercó y me dijo que se lo quería contar. Paré la clase y la ayudé en ese proceso. Espontáneamente se fueron levantando a abrazarla.
Estuvo bastante tiempo mal. Le expliqué que cuando necesitara llorar que podía hacerlo: dentro o fuera de clase pero que no me tenía que pedir permiso para salir del aula. Eso también se lo dije al resto de profes para que le permitieran salir.
En más de una ocasión fui con ella al baño y terminábamos llorando las dos. Intenté ayudarla lo mejor que pude: con palabras y, sobre todo, con muchos abrazos y con todo mi cariño. El paso del tiempo se ocupó del resto.En mi aula utilizamos el trabajo cooperativo. Una de sus ventajas es, precisamente, el desarrollo del sentimiento de pertenencia al grupo lo que permite una mejor cohesión social. Todos se sienten partípes de una misma “manada”.
En mi centro no hay ningún plan de Educación Sexual. Es un tema que sólo se trabaja curricularmente en quinto y sexto de primaria y bastante por encima.
Creo que, a día de hoy, continúa siendo un tema tabú y que la mayoría de profes y de familias prefiere pasar por alto.En mi centro la mayoría de profes utilizamos el recreo como método de “castigo”. Creo que lo peor que ese momento de castigo se utiliza para hacer alguna actividad académica y, pocas veces, se utiliza para hablar de lo que ha sucedido y del por qué de ese castigo. Me apunto que eso es algo que deberemos de mejorar.
En mi aula hay una niña que tiene miedo a los ruidos fuertes, incluidos los fritos de sus compañeros. Cuando se da alguna de esas circunstancias ella se acurruca en su mesa y se tapa la cabeza con sus brazos. Yo me suelo acercar y le doy un abrazo durante el tiempo necesario. Cuando noto que se encuentra más calmada, le pregunto si ya se pasó. Si me dice que si le doy un abrzao fuerte y continúo la clase y si no espero a que se tranquilice.
Lo que más me ha llamado la atención de este primer paquete emocional ha sido aprender cómo se fomenta la curiosidad. Creo que en el aula, por la presión del currículo, nos cuesta más permitirles desarrollar esa exploración.
En mi aula utilizamos un sistema de recompensas basado en canjear cromos por premios. Entre todos, a comienzo de mes, pautamos cuáles son los requisitos para conseguir cromos. Los cromos se entregan al final de la semana si se han alcanzado esos objetivos marcados que pueden ser ayudar a los compañeros, prestar atención y ayuda en clase y a los demás, completar las actividades, etc. A final de mes quién tenga los cuatro cromos correspondientes a las cuatro semanas del mes podrán meter la mano en una caja bautizada como ” La caja popurrí” y de ahí sacarán un regalo que puede ser un lápiz, un libro, un juguete, una piruleta, etc.
Les gusta mucho esa caja porque paramos la clase y nos recreamos en el momento de la sorpresa.En mi aula todas las mañanas, despues de los saludos y de las rutinas habituales, quien está de responsable comenta con todos como se siente y por qué. Normalmente, surgen conversaciones en las que alguno de los compañeros o compañeras comparten experiencias similares.
Procuro que identifiquen como se sienten y por qué para que aprendar a identificar sus emociones. La herramienta fundamental que uso es la palabra.En mi grupo hay un niño con TDAH, profundamente inquieto, con mucha necesidad de movimiento. Lo que he hecho es colocarle, al lado de la silla, una pelota de pilates. Cuando yo le veo con energía sobrante o cuando él mismo me lo pide, coge la pelota y salta sobre ella hasta que él considera que ya no es necesario. Pasado ese momento se vuelve a centrar en la actividad.
Os lo recomiendo porque, realmente, funciona.
