Se trata de un Trivial dirigido a 3ºESO para repasar conceptos que se han visto en clase. Las categorías de las que consta son: Literatura (L), Géneros literarios y métrica (G), Figuras retóricas y tópicos (F), Morfología (M), Sintaxis (S) y Preguntas libres y retos (P). En todas ellas, excepto la última, se han incluido preguntas del temario que han estudiado a lo largo del curso con las soluciones en la otra cara. Por ejemplo, tienen que definir un concepto, decir si una afirmación es verdadera o falsa, buscar tópicos y figuras retóricas en canciones de varios cantantes (Amaral, Pablo Alborán, Melendi, Lágrimas de sangre, etc.), identificar la categoría de una palabra o el complemento verbal de un sintagma, etc. Por último, la categoría Preguntas libres y retos es más amena, no tiene una respuesta correcta y sirve para que se diviertan. Hay, básicamente, dos grupos: en el primero tienen que contestar una pregunta breve (¿Participarías en Gran Hermano? ¿En qué periodo histórico vivirías? ¿Estarías sin Internet un mes a cambio de 200 euros?) y en el segundo tienen que utilizar la lengua con un fin concreto (inventar una noticia loca, justificar por qué no han hecho los deberes de una forma surrealista, que el equipo se ponga de acuerdo para llevarse solo tres objetos a una estancia en el desierto de un mes, etc.)
Para jugar, se necesita un tablero, un mazo de cartas y fichas de colores y dados para desplazarse por el tablero. En este caso, se incluyen tres mazos de cartas con 30 tarjetas cada uno y un tablero de Trivial básico. Respecto a este último, lo descargué en la página web de “El huerto literario”.
Los alumnos se tienen que dividir en tres grupos y, en cada grupo, crear equipos de dos o tres jugadores. Básicamente, en las casillas de los colores de las categorías debían responder a la pregunta que les correspondiera, mientras que en las de color rosa claro volvían a lanzar el dado.
Las normas adoptadas fueron que cada grupo podía jugar un máximo de tres turnos seguidos, aunque acierte en los tres, para que todos tengan la oportunidad de jugar de una forma más igualada. Si fallaban la pregunta, inmediatamente le tocaba el turno al equipo contrario. Asimismo, solo se podía optar a conseguir el quesito en las casillas del tablero que así lo indicaban. Respecto a esto último, fue muy complicado conseguir quesitos, por lo que fueron apuntando qué quesitos ganaba cada uno de los equipos en un papel. El ganador era el que más quesitos hubiese obtenido.
Lo probé con dos grupos y el resultado fue un éxito. Los alumnos se mostraron muy participativos y cooperativos e incluso algunos de ellos se cronometraron para dificultar al rival la resolución de las cuestiones. Sin duda, es un recurso que volveré a utilizar, tanto en este curso como en otros, y en el que introduciré extensiones y variantes. Por ejemplo, se puede dedicar tiempo en el aula para que el alumnado piense en algunas preguntas con sus correspondientes soluciones para repasar los contenidos y retar a sus compañeros y crear un juego entre todos.
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