¿Es el boli rojo realmente un enemigo en la corrección? ¿Cómo lograr que nuestras correcciones impulsen el aprendizaje? En el episodio 04×06 – Yo corrijo con boli rojo del podcast Kumubox, Laura comparte su visión sobre la retroalimentación en el aula y ofrece estrategias para corregir con sentido y eficiencia. Aquí te traemos un resumen práctico con tips para tu día a día como docente.
¿Por qué importa cómo corregimos?
Corregir no es solo marcar errores, sino guiar al alumnado en su aprendizaje. Una retroalimentación significativa ayuda a mejorar, a reflexionar y a progresar. Como dice Laura en el episodio:
«Si no doy una retroalimentación que sea constructiva, positiva y que ayude a avanzar, no sé para qué la estoy haciendo.»
5 estrategias prácticas para corregir con sentido
Utiliza códigos de corrección claros
Crear un sistema de símbolos ayuda a que el alumnado identifique fácilmente sus errores y sepa cómo corregirlos. Ejemplos:
SP: Error ortográfico (spelling)
WO: Error en el orden de palabras (word order)
GR: Error gramatical
Laura cuenta: «En mi centro usamos una clave de corrección al inicio del cuaderno para que el alumnado entienda rápidamente cómo mejorar.»
Menos es más: corrige con foco
No hace falta corregirlo todo. Prioriza aspectos clave según tu objetivo: ortografía, gramática o estructura. Esto te ahorrará tiempo y será más útil para el alumnado.
«No tiene sentido corregir por corregir. Lo importante es corregir menos, pero mejor.» – Laura.
Fomenta la autocorrección y coevaluación
Empodera al alumnado a ser parte activa de su aprendizaje:
Responde a la retroalimentación: Corrige en un color diferente al tuyo.
Revisiones en pareja: Promueve la coevaluación entre compañeros.
«En mi centro, usamos tres colores: rojo para corregir, morado para responder y verde para autoevaluación.» – Laura.
Corrige con propósito: calidad sobre cantidad
No basta con señalar errores; es importante explicar cómo mejorar. Usa comentarios específicos y constructivos:
«Mal»
«Revisa la concordancia entre sujeto y verbo»
«No estás dando una retroalimentación útil si solo pones un sello sin explicar qué mejorar.» – Laura.
Apóyate en herramientas digitales
La tecnología puede agilizar tus correcciones y ahorrarte tiempo. Prueba:
- Formularios autoevaluables.
- Plataformas con rúbricas interactivas.
- Correctores automáticos.
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¿Con qué color corriges normalmente? ¿Rojo, verde, morado u otro?
¿Qué técnicas usas para que tu retroalimentación sea significativa?
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